sábado, 11 de octubre de 2008

11-10-08 debacle economica

He estado dando vueltas a como analizar la "crisis economica" sobre la que todo el mundo opina y la mayoria teme.
Se han señalado culpables. Los gobiernos que han dejado hacer, las entidades financieras que han jugado con el valor de las propiedades inmobiliarias e industriales, los pensadores y creadores de opinión que suponian que este crecimiento ficticio no iba aterminar nunca. Todos pensaban que habian encontrado el Sangri-la en la libertad absoluta del mercado.
Todos estos culpables ya estan señalados por muchos comentaristas que se han caido del caballo en cuanto intuyerón que se abria el vacio economico bajo sus pies.
No es mi interes incidir en los analisis que se estan haciendo hasta el cansancio sin encontrar nadie la salida.
Mi interes está en analizar la manipulación que se ejerce sobre la población y la parte de culpa que tienen los que se dejan manipular y enajenar.
Cuando los que dominan los mercados financieros se dierón cuenta que podrián crear una ficción con el valor de las cosas sin que nadie los controlara, se abrio la veda para el
enriquecimiento virtual de los "descamisados" como diria Evita
La población estaba predispuesta ¿como no? a sentirse rica
y sin analizar como podia ser posible, se puso a invertir sus
ahorros en propiedades y acciones, como el precio subia y la
rentabilidad era alta, se lanzarón a pedir creditos e hipotecas -en aquel momento a bajo interes-, para seguir comprando acciones, suelo o pisos. Tambien habia que endeudarse para elementos de consumo ya que la riqueza hay que
revestirla de imagen externa.
Asi en pocos años el que mas y el que menos habia multiplicado por tres o por cinco, el valor de su inmueble, sus acciones se revalorizaban un 25% anual, etc. Nadie se queria quedar atras de esta oportunidad historica de ser rico
con el minimo esfuerzo.
Todos participaban de esta borrachera, nadie se paraba a pensar hasta donde se podria alargar esta situación de multiplicar todos los dias los panes y los peces.
La avaricia ciega el entendimiento. La emulación y la envidia obtura el raciocinio.
Por eso a mi lo que me interesa analizar es la facilidad con que la masa cae en las trampas de los manipuladores.
La incapacidad que se tiene a nivel colectivo para pensar
y luego sospechar porque ocurren las cosas.
Se ha demostrado que tampoco ha habido dirigentes politicos, pensadores o creadores de opinión que hayan visto venir esta debacle o al menos no han sido capaces de hacerse
oir.
Era muy dificil poder contrarrestar la corriente mayoritaria de opinión que se sentia satisfecha viendo crecer su patrimonio.
Ha sido una gran mentira colectiva de la que nadie es absolutamente inocente.
Ahora las empresas que cotizan en bolsa ven caer en picado sus acciones. ¿Por que? Muy sencillo. El valor que alcanzarón sus acciones no se ajustaba con el valor real de la Compañia.
Todo estaba sobrevalorado y eso llega un momento que resulta insostenible porque los beneficios y la competitividad
no se compadecen con el valor inflado que la Empresa a alcanzado en la Bolsa. La Empresa vale mucho menos y al darse
cuenta los accionistas escapan a valores mas tradicionales y seguros.
Hasta que no se estabilice el valor en Bolsa de las Empresas con su capacidad de generar plusvalias reales y capacidad de competir en el mercado global, seguiran bajando en la Bolsa. Es volver a la realidad y salir de la fantasia especulativa.
Igual va a ocurrir con los valores de suelo e inmuebles.
Tienen que ajustarse a la economia real. No es posible que una
vivienda normal de 90 m2 en el extraradio de una ciudad se valorara entre los 250 mil y los 350 mil euros.
Buscando un valor medio de 300 mil euros, supone el salario completo de un mileurista durante 20 años.
¿Como es posible haber llegado a tal barbaridad?.
Aún asi, a base de hipotecas a cuarenta y cincuenta años la gente se embarcaba en esa aventura de por vida.
Esta extorsión no suponia un freno al ansia de poder tener
una propiedad, se suponia que seguiria subiendo de precio mucho mas que la inflación y asi mas adelante poder tener una
base para lanzarse a mas aventuras. Una reedición del cuento de la lechera.
¿Quienes ponian la trampa? Todos los que realmente se beneficiaban. Primero,las entidades financieras que ofrecian un producto rentable y seguro, aunque el solicitante no tuviera garantias siempre quedaria el valor del inmueble o suelo que facilmente tendría salida si se producia el impago.
Segundo ,los propietarios de suelo que de acuerdo en muchos casos con los Ayuntamientos recalificaban su propiedad. Tercero, las inmobiliarias y las constructoras que trabajaban con margenes abusivos y con el producto muchas veces vendido
antes de terminarlo. Cuarto, los Ayuntamientos que especulaban con el suelo e inflaban sus arcas con las licencias y demas impuestos. Y quinto los Gobiernos Autonomicos y del Estado que
recaudaban por todo lo que genera la promoción inmobiliaria siendo uno de sus principales ingresos.
Beneficiando a tantos, quien iba a poner freno a esta rueda imparable. Incluso el mas debil de los eslabones pensaba que se estaba haciendo rico.
Ahora todo el mundo se da golpes de pecho con la "crisis
financiera".
No hay que darle muchas vueltas, todo se reduce a la avaricia humana, desde el que esta mas arriba hasta el que esta mas abajo.
Esta avaricia lleva el añadido de la irresponsabilidad politica. Unos politicos a los que lo unico que les preocupaba es decir que se incrementaba el PIB como si fuera merito de ellos y sin valorar como se estaba consiguiendo.
En fin, todo muy humano: avaricia, irresponsabilidad, engaño, enajenación colectiva, falta reflexión.
Ahora todo lo que va a ocurrir es tambien muy humano, amargura, melancolia, tristeza por los paraisos perdidos y la vuelta a la realidad de ser mas pobres, mas inseguros y con la necesidad de tener que hacer esfuerzos si queremos conseguir algo.

1 comentario:

María dijo...

La última ceguera colectiva empezó en 1999. Lo sé pues coincidió con la compra en Londres de mi primera propiedad y recuerdo, con desagrado, la agresividad de los agentes inmobiliarios que especulaban con los precios y hacían chanchullos a última hora para inflar los precios y sus comisiones. Recuerdo, con desagrado, la falta de ética. Sabemos de la ceguera que produce la avaricia pero acuso a los gobernantes que no reaccionaron éticamente sino como meros ´cowboys´ inmobiliarios. El error que se estaba cometiendo se podía ver con un simple cálculo y no tienen excusa.
¿Algo positivo de esta crisis? Veo, con agrado, que se ha aprendido de anteriores crisis. Se aprendió de la crisis de Wall Street de 1929 y los gobiernos están involucrándose más en buscar una solución y protegernos de una caída mayor aunque la Bolsa de Londres perdiera el 24% de su valor la semana pasada sólo. También veo, con agrado, que se aprendió de la crisis inmobiliaria del Reino Unido de 1990-1995 cuando los tipos de interés los subieron tanto que intensificó la crisis. El Banco de Inglaterra es muy cauto con los tipos de interés y lo agradecemos.
No todo es malo si aprendemos algo de cada crisis.